Todos tenemos metas.
Queremos quemar grasa, aumentar masa muscular, ser más fuerte, tener más energía, mejorar salud, vivir más…
Queremos construir un negocio, tocar un instrumento, empezar un blog, mejorar nuestras relaciones, viajar más, aprender otro idioma, y la lista puede seguir y seguir.
El problema es nos enfocamos demasiado en la meta en sí. Queremos obtenerla ya y constantemente anhelamos el día en que la obtendremos.
Mientras que establecer metas es una excelente idea, enfocarte demasiado en ellas puede drenar tu motivación y puede sabotear tus intentos por alcanzarlas.
No estoy diciendo que no fijes metas, sino que una vez que las establezcas las saques de tu cabeza por un momento— especialmente si son de largo plazo.
Ahora enfócate en el proceso.
Aunque suene cliché, una meta orientada en el proceso se enfoca en el camino, no en el destino.
Digamos que tu meta es bajar de peso.
Si te enfocas solamente en el resultado, estos pueden ser pensamientos que pasan por tu cabeza:
“Día 1= 85 kg. Comenzamos.”
“Día 3= 84.7 kg. No baje casi nada. No importa apenas voy empezando.”
“Día 6= 84.3 kg. Lento, pero ahí va.”
“Día 9= 85.1 kg. ¿Qué $&”·”%·$? ¿Por qué subí de peso?”
“Día 12= 84.2 kg. ¿Qué paso ahí? Bueno, no me quejo.”
…
¿Estresante verdad?
Por el otro lado, si te enfocas en el proceso las cosas se ven diferente:
“HOY me la voy a rifar en el gimnasio…cuando haga el peso muerto, voy a mantener buena técnica, apretar mi dorsal ancho, empujar el piso lejos de mi, contraer glúteos…”
“HOY voy a tratar de caminar un poco más… me voy a levantar de mi escritorio cada hora e iré a tomar agua… voy a caminar mientras hablo por el celular.”
“HOY voy poner más atención a la manera en que como… voy a comer un poco más despacio… terminaré de comer cuando esté 80% llena… satisfecha, pero no atascada.”
“HOY voy a prepararme mis comidas diferente… estoy intentando nuevas recetas con ingredientes más naturales…que divertido.”
¿Ves la diferencia?
Tu meta orientada a resultados se enfoca en el fin.
Tu meta orientada a el proceso se enfoca en los medios.
Enfocarte en el proceso siempre puede ir orientado a obtener un meta. Lo que cambia es la manera en que percibes las cosas.
Establecer una meta, y después enfocarse en el proceso hace muchísimo más placentero el camino hacia lo que deseas lograr.
Una vez que tengas tu meta, ahora trabaja para atrás y pregúntate: ¿qué procesos necesito llevar a cabo para obtener esta meta?
Puede ser ir al gimnasio 4 veces por semana, preparar todas mis comidas, dormir al menos 7 horas, aprender a cocinar, etc.
Cada día escoge y enfócate en los pasos que al largo plazo te llevarán a tu meta.
Si ejecutas el plan y te enfocas en él, tu meta será un placentero efecto secundario.
Y esto no solo aplica al mundo de fitness. Aplica a cualquier cosa que quieras atacar en la vida.
¿Cuántas veces nuestra mente se desvía a lo que queremos obtener en el futuro que nos olvidamos de lo que estamos haciendo el presente?
Ya quiero tener equis cantidad de dinero, ya quiero tener esa promoción, ya quiero terminar de escribir mi libro, ya quiero…
Si te enfocas en el proceso, cuando menos te des cuenta habrás llegado a tu destino.
Y te divertirás más en el camino.