La realidad de la celulitis (Parte II)

La celulitis forma parte de la anatomía y fisiología de la mayoría de las mujeres. Es un rasgo normal, no un defecto.

Es cómo tener bello en pecho para los hombres. A la mayoría les crece y a unos cuantos no. A algunos mucho y a otros poco.

¿Se puede arreglar? Sí.

Te rasuras y listo.

Yo sé, yo sé. La solución no es tan fácil en el caso de la celulitis, pero es posible minimizarla. 

En el artículo pasado hable sobre qué es la celulitis y porqué es algo normal. Antes de continuar, te sugiero que lo leas primero AQUÍ.

Te esperro.

¿Ya?

Genial.

Ahora sabes que la celulitis es igual de normal que comer arroz en Japón. Sin embargo, afecta la vida de muchas mujeres— al 70% de ellas para ser exacto (1).

No te preocupes. Estoy para ayudar. Sigue leyendo y averigua que puedes hacer para minimizarla.

Entrena duro

Muchas veces se confunde ganar peso con la aparición de celulitis. Cómo lo discutimos en el artículo pasado, el sobrepeso no la causa. 

Puede haber mujeres con sobrepeso sin celulitis y mujeres con un six-pack sufriendo de ella.

Sin embargo, la celulitis es más aparente cuando se aumentan unos kilos extra. Así mismo, perder peso disminuye su apariencia a pesar de no alterar las razones que la producen (1,4).

Con esto dicho, la dieta y ejercicio deberían de ser el primer paso en su tratamiento.

No solo se trata de perder peso de cualquier método posible. La clave es quemar grasa y mantener o aumentar tu músculo.

Ve a tu cuerpo cómo si fuera un pastel. El betún es la grasa que cubre a tus músculos (el pan). Entre más betún tengas, más ondulaciones podrás tener. Pero si la capa es delgada, tu pastel se verá liso y uniforme… siempre y cuando hayas preparado al pan correctamente.

Si los músculos de los muslos y glúteos son débiles y flácidos, no darán un look estético a tu piel y pueden empeorar la celulitis (1).

Si quieres hornear el mejor pastel del mundo, utiliza al entrenamiento con pesas cómo el ingrediente secreto. Cómo ya sabes, levantar pesado te da firmeza y mejora tu tono muscular. Inclúyelo como parte de tu estrategia contra la celulitis. Como regla general, incorpora de 3 a 4 sesiones de entrenamiento pesado por mes.

Crédito: Kellie Davis

Lo que comes importa

Hay 3 cosas que puedas hacer:

  1. Come menos.
  2. Come bien.
  3. Controla tus niveles de estrógeno.

Suena lógico. Nada mágico ni fuera de éste mundo.

1. Come menos

Enfócate en quemar grasa poco a poco por medio de una dieta con un ligero déficit calórico.

Énfasis en ligero. Nada de dietas “muérete de hambre”. Eso solo hará el problema peor.

2. Come bien

Una dieta baja en proteína, vitaminas y fibra puede resultar en alteraciones de la flora intestinal que llevan a la compresión de la vena ilíaca y el enlentecimiento de la circulación en las piernas (1).

En pocas palabras, come muchas verduras y cantidades adecuadas de proteína para que todo fluya bien.

3. Controla tus niveles de estrógeno

El estrógeno juega un rol importante en el desarrollo de la celulitis, así que es importante mantenerlo en orden.

Una manera de lograrlo es disminuir el consumo de productos lácteos. No porque los lácteos sean malos en sí, pero su producción no es igual que antes. Se obtiene principalmente de vacas preñadas y su leche contiene mayores niveles de estrógeno que terminamos ingiriendo nosotros (9, 10, 11).

Si eres amante de la leche (como yo), experimenta al disminuir su consumo o sustituirlo por otro tipo.

Humos del mal

No necesito darte un sermón de cómo fumar es malo para ti. Ya sabes eso. Lo que a lo mejor no sabes es su efecto sobre la celulitis.

Fumar es darle puñetazos a tu piel.

Debilita la formación de colágeno, la principal proteína estructural de la piel (6). Menos colágeno significa una piel “débil” propensa a la formación de los hoyuelos característicos de la celulitis.

Si no es por tus pulmones, tal vez puedas disminuir el consumo del cigarro por tu piel. Si no fumas, vas un paso más adelante.

Ropa de moda, pero incómoda

Las mujeres se ven sexy usando vestidos, jeans o medias apretadas.

Pero ese look viene con un pequeño precio.

Éstas prendas pueden empeorar la celulitis por medio de compresión y disminución de circulación en la piel (1).

No estoy diciendo que los dejes de usar. Nadie quiere eso.

Simplemente resérvalas para eventos especiales. Cuando llegues a casa, ponte tus pants domingueros junto con una de las tantas camisetas talla XL que te han regalado.

Deja que tu piel respire.

Falsas esperanzas

La primera línea de ataque es cambiar tu estilo de vida. Entrena duro, come bien y disminuye vicios.

No suena tan fácil y divertido. Pero no te cuesta nada, más que algo de fuerza de voluntad.

Una vez que hayas hecho esto por algunos meses, considera algunos tratamientos como un extra.

Tristemente, la mayoría de las terapias se aprovechan de la desesperación por buscar una solución rápida.

Así como no hay quemadores de grasa mágicos, tampoco hay tratamientos milagrosos. No inviertas tus esperanzas ni dinero en masajes, liposucción, inyecciones, hierbas y la gran mayoría de cremas ya que hay poca evidencia que apoye su eficacia (2,3).

Sin embargo, algunas cremas a base de retinol (vitamina A) parecen ser efectivas, aunque la evidencia es conflictiva (12,13). Antes de compar una, fíjate en sus ingredientes. La mayoría de ellas tienen en promedio 22 ingredientes y cerca de un cuarto de estos pueden causar alergias (2). No suena tan encantador.

También se han visto resultados prometedores en tratamientos no invasivos cómo láser (radiofrecuencia) y terapia de ondas de choque (3,7,8). Por ahora, éstos son tu mejor opción.

¿Tiene arreglo?

La celulitis sigue siendo un rompecabezas sin resolver, aunque cada vez faltan menos piezas.

Lo mejor es atacarlo por diferentes ángulos.

Levanta pesado de vez en cuando, come menos y bien, aléjate del cigarro, vístete sexy cuando sea necesario, ponte el cinturón de seguridad, di por favor y gracias, no hables con extraños, dale like y comparte.

Referencias:

  1. Goldman, M. P., Bacci, P. A., Leibaschoff, G., Hexsel, D., & Angelini, F. (2006). Cellulite: Pathophysiology and Treatment. Taylor and Francis Group.
  2. Avram, M. M. (2004). Cellulite: a review of its physiology and treatment. Journal of cosmetic and laser therapy : official publication of the European Society for Laser Dermatology, 6(4), 181–5.
  3. Kravitz, B. L., & Achenbach, N. J. (2007). Cellulite : A Review of Its Anatomy , Physiology and Treatment, 1–9.
  4. Rawlings, A. V. (2006). Cellulite and its treatment. International journal of cosmetic science, 28(3), 175–90.
  5. Lupi, O., Semenovitch, I. J., Treu, C., Bottino, D., & Bouskela, E. (2007). Evaluation of the effects of caffeine in the microcirculation and edema on thighs and buttocks using the orthogonal polarization spectral imaging and clinical parameters. Journal of cosmetic dermatology, 6(2), 102–7
  6. Fink, J. S. (2006). Use of intense pulsed ligth and retinyl-based cream as a potentioal treatment for cellulite: a pilot study. Journal of Cosmetic Dermatology.
  7. Angehrn, F., Kuhn, C., & Voss, A. (2007). Can cellulite be treated with low-energy extracorporeal shock wave therapy? Clinical interventions in aging, 2(4), 623–30.
  8. Emilia, M., Rosado, R. H., Azuela, A., Guzmán, G., Argüelles, D., Rodríguez, C., & Rosado, G. M. (2006). EFFECT OF CONTROLLED VOLUMETRIC TISSUE HEATING WITH RADIOFREQUENCY ON CELLULITE AND THE SUBCUTANEOUS TISSUE OF THE BUTTOCKS AND THIGHS, 709–717.
  9. Ganmaa, D., & Sato, A. (2005). The possible role of female sex hormones in milk from pregnant cows in the development of breast, ovarian and corpus uteri cancers. Medical hypotheses, 65(6), 1028–37.
  10. Maruyama, K., Oshima, T., & Ohyama, K. (2010). Exposure to exogenous estrogen through intake of commercial milk produced from pregnant cows. Pediatrics international: official journal of the Japan Pediatric Society, 52(1), 33–8.
  11. Farlow, D. W., Xu, X., & Veenstra, T. D. (2009). Quantitative measurement of endogenous estrogen metabolites, risk-factors for development of breast cancer, in commercial milk products by LC-MS/MS. Journal of chromatography. B, Analytical technologies in the biomedical and life sciences, 877(13), 1327–34.
  12. Piérard-Franchimont, C., Piérard, G. E., Henry, F., Vroome, V., & Cauwenbergh, G. (n.d.). A randomized, placebo-controlled trial of topical retinol in the treatment of cellulite. American journal of clinical dermatology, 1(6), 369–74.
  13. Rao, J., Paabo, K. E., & Goldman, M. P. (n.d.). A double-blinded randomized trial testing the tolerability and efficacy of a novel topical agent with and without occlusion for the treatment of cellulite: a study and review of the literature. Journal of drugs in dermatology: JDD, 3(4), 417–25.

Cómo tomar alcohol sin arruinar tu progreso

ARTÍCULO MEJORADO Y EXPANDIDO EN EL NUEVO BLOG: LEÉLO AQUÍ

—–

Llegó la época decembrina.

Posadas por todos lados, reuniones familiares, Año Nuevo y ni se diga el maratón Guadalupe-Reyes.

Un elemento que no puede faltar en éstas fechas es el alcohol. Pero muchas veces nos abstenemos de él por pensar que va a arruinar nuestro progreso.

Los beneficios del alcohol

En moderación por supuesto.

No estamos hablando de tomar alcohol como si fuera agua después de haber pasado 2 días varados en el Sahara.

Resulta que un consumo moderado (1-2 bebidas diarias) de alcohol tiene varios beneficios.

Disminuye el riesgo de diabetes y síndrome metabólico (1,2). Posiblemente mediado por una mejoría en sensibilidad a insulina (3,4) y en perfil de triglicéridos (4).

También tiene un efecto protector contra enfermedad del corazón (5,6), el resfriado común (7), Alzheimer’s (8), artritis reumatoide (9), entre otras enfermedades.

Algunos estudios han encontrado que aumenta la confianza en ti mismo por un 246%, incrementa la belleza de todos a tu alrededor y genera gestos de afecto en donde normalmente no los hubiera.

Pero en el mundo fitness se demoniza como algo que te hará engordar y perder tu músculo.

El alcohol engorda

No.

Un exceso de calorías te engordan.

Un gramo de alcohol tiene 7.1 calorías, pero termina aportando 5.7 por el efecto térmico de los alimentos. Una bebida contiene 15 gramos de alcohol lo cual es el equivalente a 355 ml de cerveza, 150 ml de vino o 44 ml de licor. A eso súmale las calorías provenientes de carbohidratos que puedan contener.

A pesar de haber ingerido alcohol, siempre y cuando no consumas más calorías de las que te cuerpo necesita no vas a engordar. Incluso consumir alcohol no arruina tus intentos por perder grasa en una dieta con un déficit calórico (11).

Lo que comúnmente pasa es que después de unos tragos (o veinte), hay una desinhibición de tu control sobre impulsos por lo cual terminas aspirando 6 tacos o una caja de cereal entera.

Lo que si ocurre es que el alcohol detiene la quema de grasa (12).

La prioridad #1 del cuerpo se convierte en eliminar el alcohol como si un virus se acabará de esparcir por la ciudad y tu grasa es puesta en cuarentena. Después de todo, uno de los subproductos del metabolismo del alcohol (acetato) es tóxico.

Al suprimir la quema de grasa, el alcohol permite que los ácidos grasos se almacenen con más facilidad.

El alcohol y tu músculo

Tal vez el alcohol en sí no te engordará, ¿pero que pasa con tu músculo que tanto has luchado por obtener?

Al igual que la quema de grasa, el consumo de alcohol detiene la síntesis de proteínas (13,14). Posiblemente por las mismas razones. Tu cuerpo va a poner en pausa todo lo que estaba haciendo para sacar el alcohol de tu sistema.

El alcohol puede afectar tu recuperación. Se ha encontrado que altera el impulso neural la mañana después de una noche de copas. Esto puede disminuir la producción de fuerza así como la potencia (15). Aunque esto es altamente dependiente de que tanto alcohol tomaste.

También disminuye la absorción de testosterona por parte del músculo (16), por lo que el desarrollo muscular puede verse afectado.

Cómo tomar sin arruinar tu progreso

Sabemos dos cosas importantes sobre el alcohol:

  1. Detiene la síntesis de proteínas.
  2. Detiene la quema de grasa.

Entonces, ¿qué podemos hacer para evitar/minimizar esto y poder tomar algunos tragos sin remordimiento?

1.  Si vas a tomar, de preferencia no entrenes ese día.

El alcohol va a detener los procesos que estimulaste durante el entrenamiento.

Uno o dos tragos no te van a destruir, ya que la síntesis de proteínas después de un entrenamiento se puede prolongar desde 24 hasta 48 horas. Si piensas tomar más que eso, es mejor que dejes tu entrenamiento para el siguiente día– de preferencia en la tarde ya que estés bien hidratado.

2.  Consume la mayoría de tus calorías de proteína y verduras.

Debido a que el alcohol detiene la oxidación de todos los nutrientes (12), es necesario comer de tal forma que cuando tu cuerpo lo este metabolizando no tenga que nada que almacenar.

A diferencia del los carbohidratos o grasas, es muy muy difícil que la proteína se puede metabolizar y almacenar como grasa. Por lo tanto, el mayor porcentaje de las calorías de ese día deberían de provenir de este nutriente.

Consume principalmente proteína magra, es decir, claras de huevo, pollo, atún, etc. En otras palabras, atáscate de proteína. Obtén tus carbohidratos principalmente de verduras y mantén la grasas a un mínimo.

Las verduras son poco densas en calorías, te aportarán nutrients y te mantendrán lleno. Al evitar grasas, una vez que ingieras alcohol no habrá ácidos grasos circulando para almacenar.

Las mejores bebidas

Obviamente hay mejores opciones que otras. El objetivo es buscar aquel alcohol con la menor cantidad de carbohidratos posibles con el fin de que su contenido calórico sea menor.

Buenas opciones son vinos secos (Cabarnet Suavignon, Merlot) y licores como ron, whiskey, vodka, tequila, etc. Los últimos prácticamente tienen cero carbohidratos. Consúmelos en las rocas, con agua o con soda de dieta.*

No te estreses mucho por lo detalles, al final del día escoge la bebida que más disfrutes pero reconoce que hay mejores opciones que otras.

Todo con moderación

No estoy haciendo un caso a favor del alcohol, solamente un caso en contra de casos en contra de él. (Uff, hasta yo me revolví).

Queda claro que el alcohol no es el demonio y puede funcionar como parte de un estilo de vida saludable. La clave es moderación y no ponerte hasta la trancas cada vez que salgas a tomar.

Siempre es bueno disfrutar de unos ricos tragos junto a buena compañía.

¡Salud!
*Una página donde puedes encontrar que tantos carbohidratos traen las bebidas es: www.getdrunknotfat.com.

Referencias:

  1. Koppes, L. (2005). Moderate Alcohol Consumption Lowers the Risk of Type 2 Diabetes. Diabetes Care, 28(3).
  2. Freiberg, M. (2004). Alcohol Consumption and the Prevalence of the Metabolic Syndrome in the U.S. Diabetes Care, 27(12).
  3. Kiechl, S., Willeit, J., Poewe, W., Egger, G., Oberhollenzer, F., Muggeo, M., & Bonora, E. (1996). Insulin sensitivity and regular alcohol consumption: large, prospective, cross sectional population study (Bruneck study). BMJ, 313(7064), 1040–1044.
  4. Davies, M. J., Baer, D. J., Judd, J. T., Brown, E. D., Campbell, W. S., & Taylor, P. R. (2002). Effects of Moderate Alcohol Intake on Fasting Insulin and Glucose Concentrations and Insulin Sensitivity in Postmenopausal Women. Jama, 287(19), 2559.
  5. Wine, R. (2001). Recent Advances in Nutritional Sciences Cardiovascular Disease 1, 1401–1404.
  6. Rimm, E. B., Williams, P., Fosher, K., Criqui, M., & Stampfer, M. J. (1999). Moderate alcohol intake and lower risk of coronary heart disease: meta-analysis of effects on lipids and haemostatic factors. BMJ (Clinical research ed.), 319(7224), 1523–8.
  7. Cohen, S., Tyrrell, D. a, Russell, M. a, Jarvis, M. J., & Smith, a P. (1993). Smoking, alcohol consumption, and susceptibility to the common cold. American journal of public health, 83(9), 1277–83.
  8. Letenneur, L. (2004). Risk of dementia and alcohol and wine consumption: a review of recent results. Biological research, 37(2), 189–93.
  9. Källberg, H., Jacobsen, S., Bengtsson, C., Pedersen, M., Padyukov, L., Garred, P., Frisch, M., et al. (2009). Alcohol consumption is associated with decreased risk of rheumatoid arthritis: results from two Scandinavian case-control studies. Annals of the rheumatic diseases, 68(2), 222–7.
  10. Gaziano, J. M., Gaziano, T. A., Glynn, R. J., Sesso, H. D., Ajani, U. A., Stampfer, M. J., Manson, J. E., et al. (2000). Light-to-moderate alcohol consumption and mortality in the Physicians’ Health Study enrollment cohort. Journal of the American College of Cardiology, 35(1), 96–105.
  11. Flechtner-Mors, M., Biesalski, H. K., Jenkinson, C. P., Adler, G., & Ditschuneit, H. H. (2004). Effects of moderate consumption of white wine on weight loss in overweight and obese subjects. International journal of obesity and related metabolic disorders : journal of the International Association for the Study of Obesity, 28(11), 1420–6.
  12. Shelmet, J. J., Reichard, G. a, Skutches, C. L., Hoeldtke, R. D., Owen, O. E., & Boden, G. (1988). Ethanol causes acute inhibition of carbohydrate, fat, and protein oxidation and insulin resistance. The Journal of clinical investigation, 81(4), 1137–45.
  13. Lang, C. H., Wu, D., Frost, R. a, Jefferson, L. S., Kimball, S. R., & Vary, T. C. (1999). Inhibition of muscle protein synthesis by alcohol is associated with modulation of eIF2B and eIF4E. The American journal of physiology, 277(2 Pt 1), E268–76.
  14. Vary, T. C., & Lang, C. H. (2008). Assessing effects of alcohol consumption on protein synthesis in striated muscles. Methods in molecular biology (Clifton, N.J.), 447, 343–55. doi:10.1007/978-1-59745-242-7_22
  15. Murphy, A. P., Snape, A. E., Minett, G. M., Skein, M., & Duffield, R. (2013). The effect of post-match alcohol ingestion on recovery from competitive rugby league matches. Journal of strength and conditioning research / National Strength & Conditioning Association, 27(5),
  16. Vingren, J. L., Hill, D. W., Buddhadev, H., & Duplanty, A. (2013). Postresistance exercise ethanol ingestion and acute testosterone bioavailability. Medicine and science in sports and exercise, 45(9), 1825–32.
  17. Risks, H., & Consumption, A. (2000). Health risks and benefits of alcohol consumption. Alcohol research & health : the journal of the National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism, 24(1), 5–11.
  18. Berkhan, Martin. The Truth about Alcohol, Fat Loss and Muscle Growth.

Cardio vs. pesas ¿Cuál es mejor para quemar grasa?

ARTÍCULO MEJORADO Y EXPANDIDO EN EL NUEVO BLOG: LEÉLO AQUÍ.

–––

Se nos ha dicho que “cardio” es la mejor manera de eliminar esa grasa corporal que tanto detestamos.  Y por “cardio”, me refiero a esto:

httpv://www.youtube.com/watch?v=sbVwX5upyFo

Ejercicio aeróbico de baja intensidad. Trotando o caminado sin prisa de llegar a ningún lado.

¿En realidad este tipo de cardio es más efectivo que el entrenamiento con pesas para perder grasa corporal?

Veremos.

Lo que sabemos de cardio y el entrenamiento con pesas

Cardio de baja intensidad:

  • No incrementa tu masa muscular. Incluso la puede disminuir si se hace excesivamente.
  • Quema 5-6 calorías/minuto.*
  • No fortalece tus músculos. Los hace más resistentes.
  • No define tus músculos.
  • Es más aburrido que esperar 3 horas para subirte al Space Mountain en Disneyland.  (Ninguna ofensa para las personas que lo disfrutan. Mi querida madre es una de ellas. Te quiero mamá.)

Entrenamiento con pesas:

  • Conserva o aumenta tu masa muscular (5,6).
  • Quema 7-9 calorías/minuto*
  • Fortalece tus músculos y los hace más resistentes.
  • Le da forma a tus músculos.
  • Es divertido. Hay miles de ejercicios que se pueden intentar.
Ella levanta pesas.

¿Sólo se queman calorías durante el ejercicio?

Es lógico concentramos en las calorías que quemamos durante el ejercicio, ¿pero qué pasa después?

Hay un fenómeno conocido como EPOC (Excess Post-Exercise Oxygen Consumption, por sus siglas en inglés) en donde tu cuerpo necesita trabajar extra para regresarte a tu estado antes del entrenamiento. Para ello se requiere un mayor consumo de oxígeno con el fin de reparar el músculo dañado, remover ácido láctico, entre otras cosas(1). Y todos estos procesos requieren consumir calorías.

Incluso, hay un incremento de 4-9% de tu metabolismo basal 24 horas o más después del entrenamiento con pesas (2,3,4).

Cabe recalcar que la magnitud de EPOC depende de la intensidad y duración del ejercicio (9,10,11). Entre más intenso y duradero, mejor. Así que si durante el entrenamiento sientes que tu corazón quiere salirse de tu pecho, el beneficio será mayor.

Por eso EPOC es muy bajo o prácticamente nulo en cardio de baja intensidad.

Puede que estés pensando que se queman chorrocientas calorías extra. En realidad, no son muchas: unas 100-150 calorías dependiendo de la intensidad.

¿Y que tiene que sean pocas? Si pensamos en el largo plazo, las valen.

Supongamos que entrenas 3 veces por semana. Esto ocasiona un gasto extra de 450 calorías. Multiplica eso por 52 semanas en el año. ¡Obtienes 23,400 calorías! Esto equivale a aproximadamente 3 kilos de grasa corporal.  Son 3 kilos EXTRA a tu entrenamiento. Son GRATIS.

Y a eso súmale lo que quemaste durante tu sesión de pesas que puede variar entre 420-540 calorías por hora.

¿Cuántas calorías extra obtienes por hacer cardio de baja intensidad? NADA. CERO. Y solamente alrededor de 300-360 calorías por hora.

Creo que me quedó con mis 3 kilitos gratis.

Todavía hay más…

Además de EPOC, el entrenamiento con pesas tiene la capacidad de mantener o aumentar tu masa muscular lo cual te brinda inumerables beneficios para vivir una mejor vida.

Y si tu meta no es aumentarla, mínimo te quedarás con el músculo que tienes y le darás forma. Así mismo, te asegurarás de conservar tu metabolismo basal si es que sigues una dieta restringida en calorías (8).

EL GRAN GANADOR

Creo que ya sabes la respuesta.

En un mundo donde tuviéramos que escoger una de las dos, el entrenamiento con pesas triunfaría. Sin lugar a duda.

El entrenamiento con pesas tiene la capacidad de:

  1. Quemar muchas calorías—antes y después del ejercicio.
  2. Aumentar o mantener tu masa muscular
  3. Aumentar o mantener tu metabolismo basal
  4. Incrementar tu fortaleza
  5. Definir tus músculos
  6. Mejorar tu condición física

En otras palabras, te pone más sexy que los hijos de Ryan Gosling y Scarlett Johansson (si los llegaran a tener).

A eso le llamo efectividad. Es Domino’s Pizza al 6×1.

Por el otro lado, cardio solo te ofrece:

  1. Mejorar tu condición física
  2. Quemar calorías— solamente durante el ejercicio.
  3. Aburrimiento a morir.

¡Buuuuu!

Sí. Odio cardio un poco.

Me gusta ser efectivo. El entrenamiento con pesas te da más por menos. Cardio no.

¿Y por qué no utilizar los dos?

Que bueno que lo mencionas.

A pesar de odiarlo, no soy anti-cardio. Que a mi no me guste no significa que no te puedas beneficiar de él. Tiene sus méritos si se hace en las dosis, tiempos y en la persona adecuada. No es lo mismo alguien que tiene 15% de grasa corporal que quiere bajar a 10% y alguien con obesidad.

Un estudio comparó la quema de grasa en dos grupos: uno solamente hacía cardio y el otro lo combinaba con pesas. Aquellos que hacían exclusivamente cardio peridieron 3.1 kg de grasa, pero también 2.7 kg de músculo. ¡Los que usaron ambas estrategias perdieron 10 kg de grasa y aumentaron 1.8 kilos de músculo (12)!

No hay debate. Si quieres quemar grasa y darle forma a tu cuerpo de la manera más rápida y efectiva posible, haz el entrenamiento con pesas tu prioridad.

El entrenamiento con pesas es tu plato fuerte. Cardio es el postre. Puedes probarlo en cantidades adecuadas. Pero si abusas de él y descuidas tu comida principal, los resultados no serán máximos.

 

¿En donde centras tus esfuerzos para quemar grasa? Dale LIKE y comparte. No se te olvide suscribirte para que no te pierdas el siguiente artículo. Hablaré de como puedes usar el postre para quemar grasa.

*Estos números son estimaciones. Dependen de algunos factores como la intensidad del entrenamiento (entre más intenso más calorías), peso de la persona, etc. Y no, lo que la caminadora te dice que quemaste de calorías no refleja lo que realmente quemaste. Aquí hay un buen calculador de las calorías quemadas durante el ejercicio.

Referencias:

  1. Bo-Han Wu J-CL. Effects of Exercise Intensity on Excess Post-Exercise Oxygen Consumption and Substrate Use After Resistance Exercise. Journal of Exercise, Science and Fitness 2006;4(2):103–109.
  2. Melby C, Scholl C, Edwards G, Bullough R. Effect of acute resistance exercise on postexercise energy expenditure and resting metabolic rate. [Internet]. Journal of applied physiology (Bethesda, Md. : 1985) 1993 Oct;75(4):1847–53.[cited 2012 Oct 15] Available from: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/8282641
  3. Ioannis G. Fatouros et al. Intensity of Resistance Exercise Determines Adipokine and Resting Energy. Diabetes Care 2009;32(12)
  4. Heden T, Kirk EP. One-set resistance training elevates energy expenditure for 72 h similar to three sets. 2012;111(3):477–484.
  5. Ballor DL, Katch VL, Becque MD, Marks CR. Resistance weight training during caloric restriction enhances lean body weight maintenance. Am J Clin Nutr 1988;47:19-25.
    13.
  6. Ross R, Pedwell H, Rissanem J. Response of total and regional lean tissue and skeletal muscle to a program of energy restriction and resis- tance exercise. Int J Obesity 1995;19:781-7.
  7. Svendsen OL, Hassager C, Christiansen C. Effects of an energy-restrictive diet, on lean tissue mass, resting metabolic rate, cardiovascular risk factors, and bone in overweight postmenopausal women. Am J Med 1993; 95:131-40.
    15.
  8. Ryan AS, Pratley RE, Elahi D, Goldberg AP. Resistive training increases fat-free mass and maintains resting metabolic rate despite weight loss in postmenopausal women. J Appl Physiol 1995;79:818-23.
  9. Bahr R, Ingnes I, Vaage O, Sejersted OM, Newsholme EA. Effect of duration of exercise on excess postexercise O2
    consumption. J Apply Physiol 1987;62:485-90.
  10. Bahr R, Sejersted OM. Effect of intensity of exercise on excess postex- ercise O2 consumption. Metabolism 1991;40:836-41.
  11. Chad KE, Wenger HA. The effect of exercise duration on the exercise and post-exercise oxygen consumption. Can J Spt Sci 1988;13:204-7.
  12. Ackel-D’Elia, C., Carnier, J., Bueno, C. R., Campos, R. M. S., Sanches, P. L., Clemente, A. P. G., … Dâmaso, A. R. (2014). Effects of different physical exercises on leptin concentration in obese adolescents. International journal of sports medicine, 35(2), 164–71.